Ninotchka

Hay momentos en los que cerramos los ojos, instantes en los que nada interrumpe nuestra tranquilidad, escasos minutos que nos gusta confundir o alterar el cruel trasiego de las horas que nos marcan las órdenes diarias y esquivarlas con situaciones agradables.
El ejercicio continuado de tal ocupación, he comprobado, produce en nuestra mente una curiosa actividad mediante la cual permite asomar, en nuestros pensamientos, algunos recuerdos atesorados con los años. Mientras mas cavilamos, mas recuerdos, mas color en ellos, mas sonidos y mas olores seremos capaces de rescatar de esa guarida muchas veces inescrutable e inaccesible.

La pasada noche me desvelé y sentado en un sillón traté de reencontrar el sueño. A los pocos minutos mi cuerpo había recuperado la ingravidez que nos abraza en esos instantes en los que abandonamos la conciencia al dormir y pensé : “este es el momento adecuado”.
Mis pensamientos, sin mucho esfuerzo debo decir, trastocaron la realidad, abandonaron los triviales y absurdos problemas terrenales y rebuscaron en mi arcón hasta encontrar un instante vivido y no contaminado.

Y me vi, hace años, viendo Ninotchka



La acción transcurre en París. Tres emisarios soviéticos han sido enviado a cumplir una importante misión. Ante sus escasos resultados la eficaz camarada Ninotchka es enviada para ayudarlos y supervisar sus actuaciones. No obstante, los encantos del mundo capitalista son difícles de combatir...

Año de producción: 1939
Dirección: Ernst Lubitsch
Intérpretes: Greta Garbo, Melvyn Douglas, Ina Claire, Bela Lugosi, Sig Ruman