El rostro


Quizás las pinturas que nunca podré quitarme de la cabeza sean los retratos. El impresionismo con caras o sin ellas también ocupa un lugar destacado en mi sesera, pero admirarlo en todo su esplendor depende mas de mi estado de ánimo que de cualquier otra cosa. Sin embargo los modelos pintados, los rostro, las caras y perifiles humanos no puedo esquivarlos.

Es un reflejo de emociones que nos propone escrutar el alma del pintor, o quizás el narcisismo del retratado.  Es materia pura que nos mira, que miramos y nos vuelve a mirar, sin preguntas, sin respuestas. Todo está en el lienzo,  en el rostro avergonzado,  adorado, maltratado, desdichado. Unas veces espejo otras mascara. Esfinge al sol o silueta sombría. Altivo, necio o bello. Rostro perdido, simulado. Acariciado.
Me asombro mirándolos pero quizás sea mas asombroso como nos miran y nos entregan el tiempo desdeñado de bosquejo.
Rostros, mis necesario escorzos para forjar mi ficción, mis vidas.

En mi casa cuelgan varios de ellos y cada tarde me pregunto quién observa a quien.
vm.
Axel Rodiguez. Oleo.